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lunes, 5 de noviembre de 2012

HISTORIA DEL TELEGRAMA     



 
 
El origen del correo es muy antiguo. Fueron los ejércitos los primeros que tuvieron necesidad de usar correos. Al principio, hacían de correos soldados a caballo o soldados situados en las cimas de los montes, que recibían el mensaje en forma de señales de humo y lo enviaban a otros de igual modo.


Ciro, emperador de Persia, perfeccionó el uso de mensajeros a caballo, logrando que un mensaje llegara a su destino en muy poco tiempo aunque la distancia a recorrer fuera muy larga. Mandó construir puestos (casas de postas) a lo largo de todos los caminos de su imperio. La distancia entre puesto y puesto era igual a la que un caballo podía correr a todo galope en un día.

En la Edad Media, este sistema se desarrolló debido al comercio y a los negocios y, en el año de 1500 se organizó en Europa un servicio de correos.

Mientras tanto en América, los aztecas tenían un sistema similar, pero como no había caballos en esta región, los tamemes o mensajeros, cubrían en relevos las distancias corriendo a pie.

Volviendo a Europa, el precio que se cobraba por el transporte de cartas y paquetes dependía del peso, la distancia y el valor del paquete. En el año de 1840 se ajustó un precio único por unidad y apareció el sello, que era una señal de haber realizado el pago del transporte. Pronto se extendió su uso por todo el mundo.

En la actualidad, el servicio de correos no sólo se utiliza para enviar cartas, sino también postales y telegramas; estos últimos son una de las formas más breves y rápidas de enviar un mensaje escrito. El destinatario tarda sólo unas horas en recibirlo por muy lejos que se encuentre.


El telégrafo es un sistema de aparatos que sirven para enviar los mensajes de un lugar a otro. En México, el gobierno, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se encarga de las oficinas donde se pueden enviar telegramas; como en el envío de telegramas se cobra por cada palabra del mensaje, lo más común es que se usen las menos posibles y se eliminen las que no cambiarían el sentido de la oración.


Llenar un telegrama es muy sencillo:

1. Se elige el servicio deseado.

  • Ordinario. Tarda en llegar un tiempo razonable, generalmente al día siguiente.
  • Urgente. Llega más rápido, casi siempre el mismo día.
  • Contestación pagada. El remitente paga para que la oficina telegráfica responda por la entrega del telegrama.

2. Se anota la procedencia, que es la población y el estado de donde se manda.

3. Se escribe el mensaje con diez palabras. Si se escribe con más, será de mayor costo. Por último, se escriben los datos del remitente. La firma es importante
  
 
 
 
EN EL SIGUIENTE LINK PUEDES ENTRAR A UN VIDEO SOBRE EL TRELEGRAMA¡
 
 
 
 
 
 
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